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Esther Riveroll

El Día Que Nos Alcanzó la Inteligencia Artificial


Hace unas semanas, la opinión pública se dividió a raíz de las declaraciones de dos figuras de Silicon Valley, Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, y Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, respecto a los alcances y amenazas de una de las tendencias tecnológicas que transformarán en el futuro próximo diversas industrias y a la humanidad: Inteligencia Artificial (IA).


Ante este escenario, Musk destacó la importancia de regular el avance de IA y vigilar su desarrollo para no afectar a la población mundial, mientras que Zuckerberg se mostró optimista y descartó las predicciones apocalípticas al creer que la Inteligencia Artificial servirá para salvar millones de vidas en todo el mundo al diagnosticar mejor las enfermedades y ofrecer mejores tratamientos.


La polémica que desató en redes sociales esta “guerra civil” tecnológica entre #TeamMusk y #TeamZuckerberg, dio pauta a que diversas voces se pronunciaran sobre los pros y contras del también llamado computo cognitivo, así como los distintos escenarios para el desarrollo, aplicaciones y regulación de IA.


En retrospectiva, las bases de la Inteligencia Artificial iniciaron desde la interconexión máquina a máquina (M2M) y el aprendizaje de máquinas (machine learning), términos que hacen referencia a la capacidad que tienen los aparatos de comunicarse entre sí para aprender, realizar tareas y transmitir información. Un ejemplo claro es cuando se comienza a llenar con agua la tina de la lavadora y se detiene al llegar a la marca del sensor, para luego comenzar el ciclo de lavado.


Actualmente, la diferencia de esta interconexión es el Internet de las Cosas (IoT), ya que no se trata solo de vinculación sino de transmisión de datos a través de la red, la cual se intercambia entre máquinas, dispositivos y objetos para arrojar información de valor sobre el comportamiento de las cosas y el estilo de vida de las personas.


Cabe destacar que al igual que los seres humanos, las máquinas no pueden aprender y ser inteligentes por sí mismas, por lo que alguien debe enseñarles y programarlas para simular los procesos de inteligencia humana como aprendizaje (adquisición de información y reglas para su uso), razonamiento (para llegar a conclusiones aproximadas o definitivas) y autocorrección.


Para 2020, la consultora IDC pronostica que 10% de las iniciativas de transformación digital y 60% de las iniciativas de IoT estarán soportadas por capacidades de Inteligencia Artificial. Además, el gasto global en sistemas cognitivos alcanzará los 31 mil millones de dólares.


Por otra parte, IDC agrega que más de 110 millones de consumidores tendrán al menos un dispositivo de asistencia IA en sus hogares en 2019. En el ámbito industrial, para 2020, los sectores con mayores casos de uso en Inteligencia Artificial serán salud (73%), manufactura (64%) y retail (52%).


En la actualidad, IA está presente en soluciones que permiten dar prevención de enfermedades, diagnóstico y tratamiento médico; en analítica predictiva para equipos industriales, asesoramiento y asistencia a los clientes del retail, optimización de campañas de marketing al identificar las conexiones entre personas y datos, detección y prevención de fraude en servicios financieros y análisis de amenazas cibernéticas. Las posibilidades que ofrece el computo cognitivo son infinitas.


La Inteligencia Artificial está dejando de ser un tema meramente tecnológico para pasar a las iniciativas empresariales. Según la encuesta de The Economist Intelligence Unit “Artificial Intelligence in the Real World”, 75% de los más de 200 ejecutivos de negocios encuestados tienen pensado implementar IA de manera activa en sus organizaciones en los próximos tres años.


Nuestra vida está por sufrir un cambio drástico en el corto plazo. En breve utilizaremos transporte con coches autónomos, los chatbots resolverán dudas complejas en páginas web y redes sociales, se crearán redes neuronales para resolver consultas, así como la consolidación de sistemas de recomendación basados en las preferencias del usuario y comportamientos pasados.


Los asistentes virtuales personales como Siri (Apple), Alexa (Amazon), Google Assistant o Cortana (Microsoft), serán nuestros más cercanos asesores, managers y “gurús” para realizar las actividades diarias.


Si bien el tema suena emocionante, hay quienes le temen a sus alcances y aplicaciones, ya que piensan que sustituirán el trabajo del hombre. Sin embargo, uno de los objetivos principales de IA es dejar que las máquinas automaticen los procesos, sistematicen el trabajo y resuelvan los problemas con los clientes, con el objetivo de que el capital humano desarrolle su máximo potencial al enfocarse en la planeación, proyectos creativos y estrategias de innovación.


Es necesario reconocer que la tecnología y la Inteligencia Artificial no reemplazan la inteligencia humana, sino que la complementan. El capital más importante dentro de una empresa son las personas, su experiencia y el conocimiento que han acumulado a través de los años.


Las organizaciones que capitalizaron de manera temprana su adopción, han mejorado sus ventas, mercadotecnia, servicio al cliente y operaciones, así como desarrollado nuevos modelos digitales de negocio. IA es una realidad y llegó para quedarse. Y tú, ¿estás preparado para afrontar la era del cómputo cognitivo?


Esther Riveroll, Fundadora y Directora General de Alldatum Business


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