La 5° revolución industrial ha dejado de ser una tendencia futurista y ha dado un brinco cuántico muy importante para anteponerse a la industria 4.0. Guiada por la inteligencia artificial, la industria 5.0 enarbola y potencia la fuerza de trabajo del individuo para generar una mejor convivencia con la máquina. Además, designa escenarios en los que se integran las capacidades de los robots con las habilidades humanas.
Bajo estos principios, la inteligencia artificial (IA) es convirtió en un elemento facilitador de esta industria para realizar actividades y procesos equivalentes a los del ser humano. Desde una partida de un juego de ajedrez, la atención de un viajero mediante un chatbot en la página web de una aerolínea, el reconocimiento facial en una embajada, la conducción autónoma o la entrega de una pizza en la puerta del cliente a cargo de un robot colaborativo (cobot), son algunos ejemplos del potencial que puede dar la tecnología 5.0 en un futuro cercano.
A diferencia de la industria 4.0 donde predominan los robots industriales, en la industria 5.0 el ser humano es el protagonista y la máquina le colabora. Esta visión es apoyada por la consultora Accenture, quien revela que para 2020 el 85% de los líderes de empresas manufactureras prevén que sus líneas de producción contarán con robots en colaboración con humanos dentro de sus plantas.
Para Universal Robots, fabricante de cobots, muchas tareas de fabricación son ideales para los robots y deben ser realizadas por el individuo sólo hasta que la tecnología avance lo suficiente como para permitir que el ser humano salga de estas actividades y se centre en encontrar y enriquecer nuevos roles.
La delgada línea entre la tarea robótica y el talento humano
En su momento, la revolución de la industria 4.0 -cuyo concepto se consolidó hace menos de 10 años y que promueve la producción automatizada, impulsada por datos- impactó en los diversos sectores industriales y de negocios. Una de las bases con la que surgió era la conexión de las máquinas, objetos, dispositivos móviles y sensores entre sí y con la nube; esto formó el ecosistema del internet de las cosas (loT).
La cuarta revolución industrial transformó al sector manufacturero; sin embargo, no todas las empresas pudieron subirse a este cambio operativo, sólo un pequeño grupo de organizaciones se volvieron expertas digitales y obtuvieron ventajas competitivas.
De acuerdo con los especialistas, la automatización de esta industria trajo ventajas para el trabajador, pero también algunas desventajas, ya que de lo automático se pasó a las tareas repetitivas y ergonómicamente pesadas para los empleados.
Con la industria 5.0 se habla de la revolución colaborativa, en donde lejos de desplazar al trabajador, lo pone en el centro de la producción y posibilita que tanto el robot (cobot) como el humano trabajen de manera conjunta, en sincronía para un proceso más productivo, inteligente y orientado a la personalización. El robot se convierte en una pieza estratégica para hacer las tareas pesadas y repetitivas, mientras que el individuo aporta su talento y creatividad para sacar adelante proyectos más complejos.
Esta producción industrial se caracteriza por su rapidez, el empoderamiento humano, la manufactura personalizada y la oportunidad para que otros sectores empresariales y las PyMEs tengan acceso al uso de estas unidades robóticas.
Desde el punto de vista de los fabricantes, la industria 5.0 promueve una democratización de la robótica colaborativa e impulsa a las compañías a que dejen de tercerizar este proceso industrial y lo incluyan en su core de negocio.
Actualmente, empresas como Whirlpool, Mercedes Benz y BMW le apuestan a la industria 5.0 a tal grado que han realizado sus propias investigaciones no sólo para conocer el potencial de la tecnología, sino para ver qué tan rentable será la dupla persona-robot. BMW descubrió que los equipos que combinan personas y robots pueden mejorar la productividad hasta en 80%.
En el sector logístico, los robots colaborativos proyectan una mayor movilidad de los brazos robóticos y se pueden utilizar en producciones y logística de almacenes para automatizar el proceso de recolección repetida de artículos de los estantes, así como su traslado hacia atrás y hacia delante.
Otro nicho importante son los retailers, donde estas unidades robóticas pueden recoger pedidos de diferentes ubicaciones y entregarlos en un área de envío. Con esto se libera al personal de tareas monótonas para que pueda enfocarse en operaciones más valiosas. Tanto los robots móviles como los brazos robóticos son colaborativos y pueden trabajar junto a los humanos sin ningún tipo de seguridad adicional.
Mientras que, en la industria química, donde los procesos requieren precisión y consistencia, pero al mismo tiempo dependen de la destreza y la racionalización del individuo, las aplicaciones basadas en el principio de la industria 5.0 auguran un gran futuro.
Actualmente, ya se están creando fábricas inteligentes y los dueños de estos negocios empiezan a considerar estas herramientas para su competitividad futura. Según la consultora MarketsandMarkets, se prevé que la revolución que trae la industria 5.0, de la mano de la robótica colaborativa, tendrá un crecimiento del 60% anual entre 2016 y 2022; y pasará de un volumen de negocio de 110 millones de dólares en 2015 a 3.3 billones de dólares en 2022.
En su momento, Steve Jobs, Cofundador de Apple, comentó: “La innovación distingue a los líderes de los seguidores” o “muchas veces la gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas”. Sólo aquellas organizaciones que decidan incursionar en la industria 5.0 lideraran el mercado y tendrán la tarea de mostrar al mundo las ventajas de la tecnología para que se convenzan de sus beneficios.
Esther Riveroll, Fundadora y Directora General de Alldatum Business
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